El pasado domingo amanecí así… y no, no me he caído, ni me he tropezado, ni me he dado con una puerta!
y en principio no hay que alarmarse si te pasa. Tu no eres consciente que te pasa hasta que te miras en el espejo o te lo dicen. No debes notarlo y no debería causar dolor, ni supuración, ni visión borrosa.
La hemorragia subconjuntival, hiposfagma o sangre en el ojo suele ser un sangrado de baja importancia en la membrana externa del ojo, causando una mancha roja que aparece en la parte blanca. Suele ser muy llamativa y escandalosa, pero en la mayoría de casos desaparece poco a poco en dos o tres semanas.
Entre las causas más frecuentes están el esfuerzo, incluyendo el estreñimiento, la tos, los estornudos, la frotación fuerte de los ojos y algún traumatismo.
No debería preocuparnos si nos ocurre solo una vez y no viene acompañado de supuración, dolor, ni visión borrosa. Si tenemos alguno de estos síntomas deberemos acudir al oftalmólogo.
Las personas hipertensas, diabéticas o medicadas con algún anticoagulante, pueden sufrir hiposfagma con relativa frecuencia y en todo caso deberán consultar con su médico.
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